lunes, 14 de octubre de 2024

The Seven Year Slip

 
The Seven Year Slip
Sinopsis: A veces, ocurre el peor día de tu vida y tienes que descubrir cómo vivir después de él.
Clementine traza un plan para mantener su corazón a salvo: trabajar duro, encontrar a alguien decente a quien amar y tratar de recordar que debe perseguir la luna. Esto último es una tontería y, obviamente, una metáfora, pero su tía siempre le dijo que se necesitaba al menos un gran sueño para seguir adelante. Y durante el último año, ese plan se ha llevado a cabo sin problemas. En su mayor parte. La parte del amor es difícil porque no quiere acercarse demasiado a nadie; no está segura de que su corazón pueda soportarlo.
Y entonces encuentra a un hombre extraño de pie en la cocina del apartamento de su difunta tía. Un hombre de ojos amables, acento sureño y gusto por las tartas de limón. El tipo de hombre del que, antes de todo, se habría enamorado perdidamente. Y podría volver a hacerlo.
Excepto que él existe en el pasado. Hace siete años, para ser exactos. Y ella, literalmente, vive siete años en su futuro.
Su tía siempre decía que el apartamento era un lugar en el que los momentos se mezclaban como acuarelas. Y Clementine sabe que si deja que su corazón se derrumbe, estará condenada. Después de todo, el amor nunca es una cuestión de tiempo, sino de momento.



Ficha Técnica

País: Estados Unidos.
Año: 2023
Genero: Novela Romántica.
Subgénero: Ficción, Fantasía, Contemporáneo.
Temas: Suicidio, Viaje en el Tiempo, Autodescubrimiento, Strangers to lovers.
Número de Libros: 1



Opinión Personal

Puntuación que le doy: 10/10
La recomiendo: Si
La volvería a leer: Si
Reto desbloqueado: No Aplica.

Hay historias que parecen seguirte, que se cruzan en un video, en una conversación casual o en un anuncio, y que llegan a ti en el momento preciso porque contienen las palabras que necesitas escuchar. Quizás son esas mismas palabras que has intentado silenciar en medio del ruido diario durante demasiado tiempo. Así fue esta historia para mí: una compañera silenciosa que, después de meses, me confrontó con una verdad ineludible. Todos necesitamos permitirnos sentir y llorar nuestras pérdidas, ya sean seres queridos, sueños frustrados o abrazos que nunca llegaron.

Clementine es un claro reflejo de nuestra sociedad moderna. Una sociedad que, a menudo, nos impone costumbres y expectativas que son difíciles de esquivar, empujándonos a ignorar nuestros verdaderos deseos y emociones. La conexión de Clementine con su tía era su ancla al mundo, y su muerte dejó una grieta tan profunda en su realidad que la llevó a lo inverosímil: creer que podría viajar en el tiempo, a un pasado en el que su tía aún vivía. Este anhelo de regresar a lo conocido, a lo seguro, refleja cómo a menudo buscamos consuelo en lo que ya no podemos recuperar.

Irwin es un personaje fascinante y distinto a lo que suelo encontrar en las historias actuales. Es un hombre que combina encanto, carácter y una profunda empatía. Dice lo que siente y espera con claridad, pero lo que lo hace especial es su capacidad de escuchar verdaderamente. Esta combinación de asertividad y empatía es poco común entre los personajes masculinos que solemos ver en las historias contemporáneas. Con Clementine, a quien él cariñosamente llama "Lemon", sabe cuándo darle espacio y cuándo acompañarla, permitiéndole ser, crecer y madurar a su propio ritmo.

Un detalle que me pareció significativo es la relación entre Irwin y el antiguo amor de la tía de Clementine. Aunque la autora no lo desarrolla en profundidad, creo que es un guiño a esa creencia de que el futuro nos brindará oportunidades para rectificar las decisiones que no tomamos a tiempo, o que dejamos de lado por miedo. Este pequeño detalle añade una capa más de reflexión sobre las decisiones y sus consecuencias, tanto en el amor como en la vida.

El desenlace, en el que Clementine se despide de un Irwin joven, me pareció un cierre hermoso y profundamente simbólico. Esta despedida no es solo porque vivan en tiempos distintos, sino porque ambos han librado batallas personales que los han transformado. La despedida es una metáfora del proceso de duelo: dejar ir, cerrar ciclos y comprender que aunque estos momentos pueden ser dolorosos, son necesarios para abrirse a nuevas aventuras y posibilidades. Es un recordatorio de que el amor no es solo sentimiento, sino también una serie de decisiones conscientes.

La figura de la tía de Clementine fue, para mí, un nudo en la garganta constante. Quienes han atravesado el duelo entenderán la sensación indescriptible de vacío que deja la pérdida de un ser querido. Ese tire y afloje entre racionalizar la ausencia y sentirla en toda su magnitud es algo que la autora captura de manera conmovedora. Los momentos en los que Clementine se permite conectar con su pérdida, reflexionar sobre sus últimos momentos con su tía, resonaron profundamente conmigo y me hicieron pensar en mis propias experiencias.

Si tengo una queja, es que me quedé con ganas de saber cuál fue el último regalo de la tía. También hubiera querido leer en detalle el encuentro entre la tía, aún viva en el pasado, y la Clementine de siete años, pero desde la perspectiva de una mujer más rota, aunque más sabia. Ese encuentro, sin duda, habría aportado aún más profundidad emocional a la historia.

No es solo una historia bonita, es una historia poderosa y necesaria. Un relato que habla a todos aquellos que se sienten perdidos, sin el ancla que los mantenía firmes. Es una historia sobre el duelo, sobre soltar, pero también sobre crecer y encontrar fortaleza en medio del dolor.



Si tu o alguien que conoces, estan atravesando un duro momento y necesitan ayuda, recuerda que puedes activar el "Código Dorado" en la Ciudad de Medellin, marcando desde cualquier telefono el número a linea telefónica 106.


Angie W. Niconella



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