miércoles, 4 de junio de 2025

La Fortuna - Blackwater V

 

La Fortuna
Sinopsis: Una saga matriarcal. Mujeres poderosas que luchan por el dominio durante generaciones. Una atmósfera única para una lectura adictiva. Un retrato realista con toques sobrenaturales.

Como un organismo vivo, el Clan Caskey crece y se transforma. Mientras unos tendrán que enfrentarse a la muerte, otros serán bendecidos con la vida. A través de acercamientos inesperados cambiarán las relaciones y el odio, finalmente, quedará enterrado. Miriam dirige ahora el aserradero familiar y saca buen rédito de sus gestiones. Todo Perdido celebrará un sorprendente y milagroso descubrimiento. Pero ¿Servirá de algo la repentina fortuna cuando la naturaleza empiece a reclamar lo que es suyo?






Ficha Técnica

País: Estados Unidos.
Año: 1983
Genero: Novela Misterio.
Subgénero: Drama, Suspenso, Gótico.
Temas: Familia, Matriarcado, Criaturas Acuáticas.
Número de Libros: 5/6 - Hexalogía
Saga Blackwater



Opinión Personal

Puntuación que le doy: 8/10
La recomiendo: Si
La volvería a leer: Si
Reto desbloqueado: No Aplica.

Este libro me costó un poco. No sé si fue el ritmo, la atmósfera o simplemente el hecho de que Frances, quien lleva el foco de la historia, nunca logró tocarme del todo. Sentí el relato más lento, más frío, como si algo se hubiese desconectado entre el lector y la saga. 

Lo que se destaca sin discusión es la acumulación absurda, casi obscena, de riqueza. La fortuna de los Caskey ya no es solo herencia ni buen juicio financiero: es un torrente que nadie detiene. Mi mamá siempre dice: "plata llama plata", y nunca ha tenido más razón que aquí. Porque en Perdido, la abundancia llega sin mesura.

No sé si es suerte, un hechizo no dicho de Elinor, o la visión afilada de Miriam y Billy. Pero el dinero se convierte en un ente que transforma la dinámica familiar. Lo curioso es que nadie discute por él. No hay codicia, no hay puñaladas por la espalda. Es más bien un pacto silencioso, una conciencia común de que esa riqueza garantiza bienestar para todos. El dinero une, no divide. Y ese detalle me pareció tan raro como hermoso: por una vez, la fortuna no corrompe, sino que estructura.

Elinor y Miriam se acercan de a poco. Con ellas, la familia empieza a crear hábitos nuevos: almuerzos y cenas en conjunto, como si la mesa fuera el nuevo centro de poder y afecto. Es en ese espacio íntimo donde Elinor le revela a Miriam que hay petróleo bajo sus pies. Y Miriam, que ya no es la muchacha altanera criada por Mary-Love, sino una mujer inteligente, estratégica y resuelta, se lanza a buscar una petrolera. No espera a que le traigan soluciones: ella sale a buscarlas, y las encuentra. En el proceso —casi como guiada por el destino— tropieza con Malcolm, a quien Queenie creía muerto. Él no opone resistencia: simplemente vuelve, como si el círculo debiera cerrarse.

Miriam es, sin duda, el personaje con mayor evolución de toda la saga. Se ha construido sola, paso a paso. Ganó respeto, liderazgo, control. Aprendió a escuchar, a compartir, a confiar. El apellido Caskey ya no pesa sobre ella como un mandato; ahora lo sostiene, lo dirige y lo redefine. Su evolución no solo es personal, también es política y emocional. Es una mujer que tomó el legado familiar y lo convirtió en futuro.

Billy, por su parte, sigue siendo esa figura sólida que sostiene el castillo en silencio. Su trabajo contable fue clave para ordenar las riquezas de la familia, y su apoyo incondicional a Miriam lo convierte en una pieza imprescindible. Pero en lo familiar, en lo narrativo, parece más un personaje satélite. Está ahí para que Frances sea madres y para que Miriam brille, y lo hace con dignidad, sin opacar, sin estorbar.

Frances, en cambio, se diluye. Esperaba más de ella. Después de lo que representa en La guerra, parecía que su papel crecería, que tendría una voz más fuerte, más clara. Pero no fue así. Su retirada al río no genera conmoción, ni siquiera preguntas. El autor no se detiene a explorar su decisión, no profundiza en la criatura que es. Se va. Y ya. No hay huella, no hay eco. Su desaparición se siente más como un cierre de capítulo que como una pérdida. Y tal vez eso es lo que más duele: que una figura con tanto potencial se haya desvanecido sin dejar sombra.


Angie W. Niconella


Anterior libro de la saga: La Guerra - Blackwater IV
Siguiente libro de la saga: Lluvia - Blackwater VI

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