Sinopsis: Este sexto y esperado libro cierra el ciclo de aventuras prehistóricas protagonizadas por Ayla y su pareja Jondalar (a quienes se une ahora su pequeña hija, Jonayla).
Como ocurre en las entregas anteriores de la serie “Los Hijos de la Tierra”, el relato se caracteriza por la fuerza de sus descripciones, la amenidad de los sucesos narrados y la vívida recreación de un mundo desaparecido hace miles de años.
En esta ocasión, Ayla lucha por tratar de encontrar el equilibrio entre sus deberes como madre y sus obligaciones como curandera y líder de su pueblo.
Puntuación que le doy: 10/10
La recomiendo: Si
La volvería a leer: Si
Reto desbloqueado: No Aplica.
La saga de "Los Hijos de la Tierra" es, sencillamente, ¡fantástica! No hay otra palabra que pueda describir con justicia la magnificencia y el poder de esta obra literaria que transporta a sus lectores a través del tiempo y el espacio, sumergiéndolos en un mundo prehistórico lleno de maravillas y desafíos.
Mi encuentro con esta saga fue puramente por curiosidad, al descubrirla en la lista de favoritos de Juan Guillermo Garcés, a quien admiro profundamente y de quien he aprendido mucho. Sin embargo, lo que descubrí dentro de estas páginas superó todas mis expectativas. Jean M. Auel, autora de la saga, no solo es una maestra de la narrativa, sino también una experta arqueóloga cuyos profundos conocimientos se reflejan en la precisión y autenticidad de los datos presentados en la trama, brindando así una base científica sólida que sustenta cada detalle de la historia.
Lo que más me cautivó de esta saga fue su capacidad para sacarme de mi zona de confort. Aunque suelo buscar novelas con un enfoque más romántico, la lectura de "Los Hijos de la Tierra" se desarrolló de manera fluida y envolvente, gracias a una narrativa descriptiva pero ágil que me permitió visualizar vívidamente cada aventura y aprendizaje de la protagonista, Ayla. La magia de esta experiencia radica en cómo nos transporta a un mundo donde la humanidad estaba en sus primeros pasos, donde cada descubrimiento era un asombro y cada innovación una necesidad.
Además, la construcción de la historia en una época donde diferentes especies de Homo Sapiens coexistían, y el intercambio genético que se generaba entre ellas, añade una capa de intriga y profundidad que mantuvo mi atención cautiva en cada página. Sin embargo, debo mencionar que, si bien las cuatro primeras novelas presentan una magia más atrapante y una conexión entre sucesos más coherente, los últimos dos libros muestran un cambio perceptible en el enfoque y la narrativa. La larga espera entre la publicación de cada libro podría haber contribuido a este cambio, reflejando una evolución en las creencias y perspectivas de la autora a lo largo de los treinta años de escritura.
Aunque noté ciertos cambios en el tono y la intensidad de la saga en sus últimas entregas, sigo amando esta historia y recomendándola con entusiasmo. Su riqueza temática, profundidad de contenido y su conexión palpable con la realidad de hoy en día la convierten en una obra literaria invaluable que deja una huella perdurable en el corazón y la mente de sus lectores.
Angie W. Niconella
Anterior libro de la saga: Los Refugios de Piedra
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